La novela narra la vida de las dos familias protagonistas sin ningún nexo en común. Una partirá en 1926 hacia Moscú atraída por la Revolución Rusa. Otra, saldrá de Madrid en los albores de la Guerra Civil española para instalarse en casa de unos familiares.
Dos de sus miembros, unos adolescentes, Nora y Bruno, se conocen en Salamanca durante la contienda. Con el paso del tiempo se convertirán en un matrimonio aparentemente normal hasta que una noche sus vidas se romperán en mil pedazos:
Madrid 1952. Bruno Hayward, prestigioso abogado, despierta sobresaltado sobre la alfombra del salón de su casa cubierto de sangre. Fuertes e insistentes golpes en la puerta de su casa. Es la policía.
Su mujer y su hija han desaparecido sin que pueda ofrecer una mínima explicación, no recuerda nada. Esa noche ingresará en prisión, acusado de doble asesinato, que no abandonará hasta dos años más tarde por falta de pruebas.
Una tarde, al regresar a casa le entregan a Bruno un sobre que contiene un pequeño papel sucio y arrugado. Apenas son unas pocas líneas, pero suficientes para devolverle la esperanza perdida. En ella le aseguran que su mujer, Nora, está viva.
Sin más pistas que el sucio papel y con la ayuda de los suyos, Bruno Hayward se lanzará a la búsqueda del anónimo remitente confiando que sabrá conducirles hasta su mujer y su hija, sin saber que una persona muy allegada hará lo que esté en su mano para impedírselo. Una persona con muchos recursos y muy, muy poderosa.