El autor llega a Moscú para hacer estudios de postgrado, y lentamente va descubriendo una Unión Soviética fascinante, llena de injusticias y contradicciones, irritante y amable al mismo tiempo, absurda y lógica simultáneamente. La ciudad primero y el país después se transforman en una verdadera obsesión hasta que aparece Anastasia.
Amarla exige una dedicación constante, nada la satisface si no es en inmensas cantidades, nada le agrada si no constituye una avalancha de sensaciones. Anastasia es una disidente que expresa su disconformidad con el sistema haciendo el amor. Su encuentro con el estadounidense provoca una verdadera explosión de pasiones.