Definitivamente no se suponía que le llegara ese correo…
Asunto: Mi jefe.
¿Ya te he dicho hoy que odio a mi jefe?
Sexy como el infierno o no, este pretencioso, arrogante, ESTÚPIDO me pidió que recogiera su ropa al segundo en que atravesé la puerta. Luego me dijo que necesitaba llevar su Jaguar a un autolavado que estaba a dieciséis kilómetros fuera de la ciudad, pero antes tenía que estar en una fila sin fin para comprar una especie de reloj de edición limitada de
cientos de dólares.
Honestamente no puedo esperar a ver la mirada en su rostro dentro de dos meses cuando le diga que renunciaré a su compañía y que puede besar mi trasero. BESAR. MI. TRASERO. Todas esas antiguas fantasías sobre él besándome con su “boca de perfección” o inclinándome sobre mi escritorio y llenándome con su polla terminaron. TERMINARON.
Tu mejor amiga,
Mya.
PD: Por favor dime que tu día va mejor que el mío…
Asunto: Re: Mi jefe.
No, no me has dicho que odias a tu “jefe” hoy, pero viendo que me has enviado este correo directamente, lo sé ahora… Sí, te pedí que recogieras mi ropa al segundo en que llegaste a trabajar hoy (¿dónde está?), y te dije que llevaras mi Jaguar a un autolavado y que recogieras mi reloj de mil dólares. (Gracias por tomarte cinco horas para hacer algo que podía ser logrado en dos).
No tienes que esperar dos meses para ver la mirada en mi rostro cuando me digas que renunciarás. Estoy de pie fuera de tu oficina en este mismo instante. (Abre la puerta).
Sin comentarios sobre tus “fantasías”, aunque dudo que “terminaran”.
Tu jefe,
Michael.
PD: Sí. Definitivamente mi día va mucho mejor que el tuyo…