Todo lo concerniente a los celtas se encuentra revestido de una atmósfera irreal e irracional en todo conforme a la conciencia antihistórica de este pueblo. Los celtas han entrado en la historia por la puerta de la leyenda en una época en que Grecia y Roma tenían ya una Historia.
Lo que nos queda hoy de los celtas es apenas una lengua o un grupo de lenguas minoritarias, o tal vez sólo el recuerdo de una civilización de límites difusos en el espacio y en el tiempo. Para otros quizás representen unos rasgos religiosos y culturales de carácter místico o mágico, o una simbología de connotaciones raciales y políticas.