LA MEDIDA EN LA CUAL usted y yo disfrutamos de las cosas que más deseamos en la vida, depende directamente de nuestra capacidad para:
1. Abrir mentes cerradas
2. Persuadir a los demás a obrar favorablemente.
Que usted, lector amigo, goce del amor y del afecto de sus seres más queridos y cercanos, que tenga el dinero suficiente para vivir de la manera que más le agrade, que sus labores cotidianas sean interesantes y tengan éxito, que disfrute de popularidad personal, así como de la aprobación, la admiración y el respeto de las personas con quienes conviva, con quienes trabaje, o con las cuales esté vinculado en alguna forma, y que se sienta bien tanto mental como emocionalmente en una palabra, el que manifieste un apetente entusiasmo por la vida – o que, por el contrario, se sienta muerto de miedo o simplemente hastiado de todo, depende de su capacidad para abrir las mentes cerradas, incluida la suya propia, y de qué tan bueno sea para persuadir a sus semejantes.
Naturalmente, antes de que el lector pueda persuadir a una persona de mente cerrada a hacer determinada cosa, aun por su propio bien, tendrá primero que saber abrir su propia mente. Una vez que su mente esté bien abierta, veremos cuán relativamente fácil es entablar un libre intercambio de ideas que conduzca a un acuerdo en común.