El olvido es un lugar dulce, dulce.
Sin dolor. Sin pensamientos perturbadores del pasado. Sin culpa por mis acciones recientes.
En el fondo, todavía hay una parte de mí que sabe lo jodida que estoy. No veo una salida, no ahora. Tria se ha ido, y la posibilidad de que me perdone en mi estado actual es exactamente cero. Sé que tengo que recomponerme, aceptar mis responsabilidades e intentar hacer las paces, pero no tengo ni idea de por dónde empezar.
Sin trabajo. Sin apartamento. Vivo en la calle con los otros yonquis. Tan poco como tenía que ofrecerle a Tria antes, no tengo nada que darle ahora. La única salida es sincerarme y decirle a Tria la verdad sobre mi pasado, pero la idea de revivir los recuerdos es tan dolorosa que no puedo pensar en ello el tiempo suficiente para encontrar una solución.
He tocado fondo, y ya ni siquiera sé qué camino va hacia arriba.