Marina y Coral son gemelas. Desde pequeñas han aprovechado su parecido físico para hacerse pasar la una por la otra y reírse de quienes las rodeaban. Al llegar a la adolescencia, Marina, la más sensata, decide que el juego debe terminar.
Años después, ya en la edad adulta, Coral le pide a su hermana una nueva suplantación. Marina acaba aceptando, pero sin analizar el verdadero trasfondo que esconde la petición de Coral y sin pensar en las posibles consecuencias que algo así puede provocar en su día a día.