No creo en los cuentos de hadas. Pero sí en la maldad de las que fueron alguna vez mis hermanastras. Las tres trabajamos para la misma empresa: Graysson Publicity. Ellas como ejecutivas y yo… muy lejos de ser una.
Mona, mi mejor amiga quiso ser el Hada madrina por una noche, y así como cenicienta, yo no buscaba un príncipe, solamente quería un vestido nuevo y una noche libre. Pero no fue una noche cualquiera. El señor G me ha confundido con una de sus modelos y se ha encaprichado conmigo.
Mis hermanas van a odiarme si se enteran y el señor G también si llega a descubrir que: uno, no soy modelo, y dos… que soy la chica que limpia el suelo de su compañía.