Olivia no pasa por su mejor momento; el mequetrefe de Matías, su jefe, le está complicando la vida… Una vida en la que también falta el amor.
Una buena mañana, estando en compañía de su amiga Cintia, Alan se cruza en su camino. Nada le extraña cuando él le revela su condición de empresario, pues derrocha estilo por los cuatro costados.
En un abrir y cerrar de ojos, Olivia se enamora de él. Por suerte, su amor se ve totalmente correspondido. Su joven corazón late con fuerza sin sospechar que el destino tiene otros planes para ella; pronto comprobará que su relación no está exenta de unos vaivenes que la asemejan a una montaña rusa.