El ser humano se distingue del resto de seres vivos por su capacidad para razonar, resolver problemas, inventar o crear cosas y adaptarse a los cambios, pero sobre todo por su comportamiento creativo. El cerebro creativo del ser humano es capaz de alcanzar soluciones novedosas e innovadoras en la toma de decisiones, o percibir las caracteristicas del entorno de manera particular.
Esta capacidad ha revertido en favor de un desarrollo progresivo de sus capacidades cognitivas y conductuales, capaces incluso de expresar un pensamiento abstracto profundo y elaborado, como se manifiesta en la mitologia, el arte, el pensamiento mistico o la espiritualidad.